lunes, 13 de febrero de 2017

CARTA ABIERTA II:
“si has visto a tu amigo diciendo adiós, alégrate.
Deja que tu alma se alegre por el que está lejos,
Porque puedes desear su pronto retorno.
Y el corazón del que te despides volverá a ti.”
(Jeque Nefzaqui).
-El âddad, la bermeja hinchada oquedad carmesí, sublimaba un chorrillo níveo craso, los belfos húmedos babeaban el néctar baboso sobre el Príapo laxo, la crin güera  ensortijada se enmarañaba el flujo serpenteante, el vomito deletéreo nubló los ocelos color miel,  la mordedura del áspid maléfico, congestionó los sentidos del inexperto bruto  rabadán.
Hoy pronta la ilusa ilusión del que guía la rústica piara, montero campestre que hallo en frágil doncella, nueva quimera ilusa, hoy después de sanar la mordida de las fauces melosas, hoy vive fantaseando  el delirio que la quebradiza hembra Marcelina, le ofrece, siendo feliz de nuevo su báculo, cayado que asienta el tropel de lebreles alvinos, vive simplemente pariendo pensamientos en tamaña floresta, la utopía, quimera fabulada, de la endeble pitusa, le alegra sus ocasos solitarios, la alforza del ánima evocación de antaño, hoy calmado por ninfa flaca, alba soledad noctambula, de iluso bruto burdo.
-El Feurdj,  la raja cortada, rendija  ilusa delirada por cautivo, hechizo dorado de fabula antaño olvidada, fisura rasurada peñón libre del piorno abrasivo, cobijo del imposible armonio, pelele para tardes de lluvia, armonizando la dehesa junto al avellano, olores a tierra mojada justo en el ocaso, una tarde cualquiera de finales de invierno.

El bermejo batidor se encontró con Dios dos segundos después de la explosión del néctar tórrido, escanciado en la boca, belfo humeante de brebaje, paz de aquel lacero lacerado por la ilusa pécora güera, durmiendo al abrigo de la hendidura recortada abierta al valle de los avellanos.
-El keuss, matrix, útero orientado a palomar devastado, vano que antaño hurgara  la límpida doncella,  oquedad pétrea de ella, engracia, urea cálida orientada al orto levante, velo suculento  de araña ancestral mancillado por rudo burdo batidor, neto brotado entre culantrillos cetrinos, sed saciada a sorbos míseros libando el brebaje primario,  bejín diamantino menopáusico mohoso, breña que tapa el belfo de la santa, siendo en tardes de lluvia cobijo de bestias, mirador al chorreado regato  peonia con vaho rosado en corolas carmín,  hiedras enredándose por perniles de fresno, otero baldío sobre la boca del túnel, que al oteador descuidado   le pasa desprevenida la entrada.

Me hallo mirando la flora un día más…
-El kelmoune, vulva profanada por canero de can famélico, velo roto, menstruación  carmesí en fauces babosas de bruto adiestrado, lance ancestral, la danza de la vida cobra la apuesta el gocho se debate, ha perdido el juego acaba.

En retalamide vuelve el silencio.
(J.R.F.)