AÑO
DOMINE 1981:
La pitusa
núbil tendría 10 años, su nombre Jeanne, aquel día aciago, en el que su padre
tomo la bici, corriendo en pos de su libertad sin saber que la párvula ninfa quedaba
presa en la mazmorra de aquel conde, de pelo níveo, panza ancha unos veinticinco años más que la
insulsa pequeña, la noche en el castillo, corría sin noticias del progenitor,
la hora avanzada dio que la servidumbre metiera a la párvula pitusa en sus
aposentos, aposentos que tras la medianoche él propietario de la hacienda, en
un estado sumo de etílica exaltación visitó los aposentos de dicha ninfa de los
bosques del norte.
La obligo
con mentiras, abusando de la prevé ninfa aquella noche su Príapo abusivo exhalo
el níveo néctar en la intimidad de la pequeña aterrada ninfa, tras el hecho él
el conde amenazó a la pitusa de muerte.
Fuese como
fuese él, el conde no podía consentir que la insulsa feerica tuviese linaje, la
limusina esperaba a la puerta del establo antiguo, hoy ya habilitado como
cochera, la amedrentada ama llevaba al
cuello la llorosa moza, el automóvil cerró sus puertas automáticamente y inicio
el viaje por las calles de la ciudad bajando hacia la puesta del sol, Pancracia
Betancure tras observar la intimidad de la párvula núbil llamo a su cómplice, la
enana melliza trajo narcótico como para un caballo, inyectando a la pitusa la inyección
de droga, el ser se cubrió de inmunda
linfa el palanganero, tapiando con algodón el intimo orificio de hembra inexperta.
Tras la
abortara, el viaje a la hacienda del conde, fue un calvario para la núbil criatura,
los baches del camino corroían su interior, Jeanne sufría lo indecible, llegó a
sus aposentos maltrecha, no dijo nada a su progenitor convaleciente del accidente
de la bicicleta, y se metió en la cama, a esa hora en que las meigas salen de sus occisos
aposentos, la flujo de la linfa carmesí mojo los lienzos,
sudarios tal vez a la edad once años, la
fiebre a cuarenta grados centígrados nublo el ser de la niña.
La ambulancia
no tardó la ligadura de trompas inhabilitó a la pequeña para poder tener sucesorias
arrapiezos, hoy
mujer oronda, que intenta absolver al malhechor hasta que una vez al año,
viaja, sufriendo su desdén, él níveo ocioso busca siempre la manera de poner en
evidencia la ánima blanca de Jeanne, llorosa hoy en mis brazos, sufre lo indecible
esperando un consuelo, hoy yo en mi morada, solo
puedo consolar a la desolación personificada, a mi amiga, hoy yo me aprovecho del hecho, yaciendo en el
lecho con ella, sabiendo que su ser estéril no da fruto, a causa del malandrín
ser níveo, pero yo
amo a la pitusa güera.
Mañana será
otro día hoy duermo cobijo a la desventurada, hoy, esta noche de lluvia la paz
del mundo está en el jergón, enjalma nocturna de un ser amable que palpita bajo mi
mano nobel.
La alborada,
nos sorprendió, ella llorosa, yo despierto
el plañido de la hermosa hembra, Jeanne entre mis brazos besando sus
ocelos añiles, alivió su pesar, contándome su historia.
El tañido
luctuoso de la campana, llamando al sepelio, me pillo impróvido, la ilusa bermeja,
tendida en el catafalco níveo, espigada lucía un vestido blanco, símil a la comunión
de una infanta, el halo claro de su geta exangüe, y sus ocelos cerrados hoy
otras veces risueños, añiles como el nirvana, aquella figura tantas veces idealizada que
plañera en mi hombro humilde, hoy sobre tarima sacra, mi ánima desecha anhela
creer hoy más que nunca en una sublime presencia, que se apiade de mis
recuerdos, ella, la rucia hembra, mi amiga tiesa en su lecho nos sonríe, con
belfo cárdeno alegre de esta despedida en la iglesia, la cárcava húmeda del
camposanto, será a partir de hoy refugio de la leyenda el túmulo cubierto de
olvido tapa todo el dolor de la que un día fue mi amiga, ella Jeanne hoy plaño
su ausencia.
Miro la
anciana figura del miserable níveo conde y no puedo por menos hoy en este
funesto día aciago, de no tener lastima por él, su irresponsable acto llevó al
catafalco a un querubín, la ánima de la güera ninfa blonda, volverá a llevarse al difunto conde,
cuando la negación del silencio éste duerma desprevenido.
NOTA
DEL AUTOR:
Todo lo narrado pudo ser verdad, en algún tiempo pretérito,
más yo no tengo constancia del hecho narrado, todas las coincidencias son solo
eso, no le deis más vueltas.
J.r.f.
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