miércoles, 29 de febrero de 2012

ISTORIA CUALQUIERA:
Milla, nació el diecisiete de diciembre de mil novecientos setenta y cinco, en Kiev.
Thomas, nació el ocho de septiembre de mil novecientos sesenta y dos, en Alemania.
Aquella mañana temprano, Thomas, estaba apoyado sobre la balaustrada de la terraza de la mansión familiar, tenia el semblante serio, su armadura biológica, le cubría, la practica totalidad del cuerpo, dicha armadura tenia marcada la anatomía de Thomas, los pectorales, abdominales, bíceps, etcétera, de los hombros le salían unos cuernos que servían de captadores de agentes biológicos, el casco también cornúpeta, le daba un aspecto siniestro.
Detrás de el, Milla, esperaba en silencio, Milla lucia, una larga cabellera rubia que le caía asta la cintura por encima de la capa también carnuda sobre los hombros, cubriendo una generosa anatomía, que cubría con  un conjunto  dos piezas, dejando ver su vientre terso y duro, en la parte alta cubriendo  sus sensuales senos, un sujetador con una estrella dorada de cinco puntas, y en la parte de abajo una tanga morada que a su alrededor casi cubría por completo un pareo de gasa,  un cinturón ancho hebillado en las caderas y a su lado derecho colgaba una beretta de nueve milímetros, los cinco arcos triples del claustro de la mansión, eran testigos mudos de la conversación.
Era el mes de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, en aquella ciudad del medio oeste de aquel país,  el ambiente se había vuelto surrealista, y el riesgo biológico, era altísimo.
La misión de Milla era llevarse de la ciudad a la joven doctora  Heidi que era la portadora del antídoto, tenían que circular por la avenida de Corta el aire, dicha avenida  dividía a aquella ciudad en dos, como un eje de oeste a este, el vehículo circulaba a gran velocidad, pero ya en el parqueen del aeropuerto, situado en la parte alta de la ciudad,  dos hombres cogieron a Milla, por sorpresa, mientras Heidi y Thomas, se introducían en la terminal, la tela de la camiseta, se rasgó justo por medio de sus senos, dejando la huella de las uñas del matón en su pecho izquierdo, el hombre un negro   de casi dos metros de altura, la tenia sujetada por detrás, mientras sus compinches se aproximaban a Thomas y Heidi, de pronto un disparo, y los testículos del negro volaron por los aires cayendo este al suelo, luego un tiro en la frente le esparció su masa encefálica por el asfalto.
En el muelle de embarque, se encontraba la nave B-52 una nave de guerra de segunda generación, sus cuatro turbinas situadas en los laterales, dos grandes y por encima dos pequeñas, pegadas al fuselaje, y continuación las alas, por debajo de la cabina del piloto se podía ver un nido de ametralladoras, y en la panza de la nave otro este giratorio, los motores ya rugían.
La doctora Heidi, dormía placidamente,  era una mujer  joven, rubia, de pelo largo, su cabeza apoyada, en la mano izquierda, un suéter rosa le ceñía su anatomía, una minifalda, gris, y sus piernas cruzadas dejaban ver, un liguero blanco donde se sujetaban unas medias del mismo color.
Cuando pasaban por encima de unas montículos no lejos de la ciudad de destino, un gas se introdujo en la cabina quedando los tripulantes dormidos, y mientras de un falso techo salieron dos hombres armados  con cerbatanas, la lucha fue encarnizada, pero no pudieron evitar el que un proyectil diera en la bocha de Heidi, una luz cegadora y después  la doctora, con su rostro sanguinolento se pusiera de pie dando tumbos por el aparato, los disparos de la beretta, hicieron impacto en los dos atacantes pero también en  las ventanillas, y la nave B-52 empezó a perder altura.
El tejado del hotel peña Forrada, era azul, sus siete ventanas triangulares miraban al lago, la nave, planeo por encima del mismo, levantando  una gran cantidad de agua en forma de niebla, los alerones de las alas inclinados hacia abajo,  y la nave  de derecha a izquierda vista desde cualquiera de las ventanas del hotel, el morro del aparato ligeramente inclinado hacia arriba, la carretera a su mano izquierda, con una balaustrada en granito blanco, con farolas de dos tulipas, la nave quedo flotando, un cabo atado a la ventanilla de la cabina, y el otro a una barcaza, pudiendo salir la tripulación por encima de las alas, Thomas, había efectuado un aterrizaje dadas las circunstancias impecable.
La doctora Heidi fue trasladada a la clínica de la ciudad situada a unos cuatro kilómetros al sur del lago.
Ocurrió por aquellos días que  en un país limítrofe, llamado Mira el colorado en unas montañas de arcilla roja, un valle corría y sus curiosas  formas areniscas,  aquel valle luminoso, de cielo azul, la sombra de la tarde daba por el lado izquierdo de aquel valle, las montañas escarpadas estaban de frente, y al fondo mas abajo, una aguja roja se erguía al cielo, bajando por el rió, una pradera verde.
Después de la ultima  batalla, las mujeres supervivientes, fueron echas prisioneras, las cogieron, desnudándolas de cintura hacia arriba para comprobar que ninguna estaba infectada pues el virus se veía con claridad en el torso femenino, y fueron llevadas al fondo de aquel valle rojizo.
Hacia ya doce años que los habitantes de aquellos lugares, sufrían la enfermedad, pero el año trece se revelaron.
Mandando recado a el hotel, peña forrada,  para que todos pudieran participar del antídoto que la doctora Heidi, había fabricado, esta, se puso en marcha acompañada por Milla, pues en el país vecino había buenos cirujanos plásticos.
Llegaron sin más contratiempos, la operación de la doctora, resultó un éxito, quedando en el valle rojo, regresando Milla en busca de Thomas, encontrando solo una tumba con un epitafio que decía, “Yace aquí un amador, con el mísero cuerpo helado, que lucho junto a su amor, perdido por desamor, Murió a manos del rigor de una  esquiva, hermosa,  ingrata, con quien su imperio dilata la tirana, del hedor”.
Cuando la doctora Heidi, paso recado de que ya se podía circular libremente, Milla regreso a la ciudad del medio oeste, localizo a la asesina de Thomas, penetro en la habitación, con la beretta de nueve milímetros en la mano derecha, sus piernas largas, terminaban en unas sandalias de tacón negras, el arma escupió dos veces y una mujer,  morena vestida de traje negro con camisa blanca cayo al suelo, la sangre corrió por el terrazo, y un gato negro enseño primero sus colmillos, luego se aproximo al cadáver,  lamiendo la sangre de las heridas, de su difunta ama, Milla abandono el lugar.
Pasados los días a solas en el cementerio, Milla, hablaba con la fría lapida.
“¿Quién aumenta mis duelos, quién prueba mi paciencia, de ese modo en mi dolencia, ningún remedio se alcanza, pues ya no tengo esperanza?, ¿Quién me causa este dolor, quién consiente en mi dolor? Morir de este mal extraño, ¿quién cura la pasión? , cuando los remedios son muerte, y pasión, dicho esto, salio del cementerio puso su coche en marcha se dirigió al valle rojo.
Heidi, la esperaba, viviendo juntas asta que la enfermedad de Milla, que no pudieron contener acabo con su vida, una mañana del año dos mil.
En la lapida, se podía leer, “Yace aquí la guerrera fuerte, que a tanto extremo llego, tan valiente que la muerte, casi no alcanzó, que acreditó su ventura, de vivir la vida loca, de ninguno sea tocada, pues esta hermosa mujer, para mi estaba guardada.
Y en el camposanto solo se vio, a la doctora Heidi vestida de negro.

viernes, 24 de febrero de 2012

MITOLOGÍA:

Hércules, caminaba, aquel día de invierno, por  el valle de las telas que corría de norte a sur, en la margen izquierda las canteras, originaban túmulos de tierra acompañados de depresiones, y en la margen derecha unas viñas, que por aquellos días la gente podaba.
Hércules, caminaba ladera arriba por el camino textil, en dirección noroeste, la gente se afanaba, en la poda pues era menguante, un tiempo apropiado para dicha tarea, llegando a la pradera denominada del moro gorrino, descansando en aquel prado, comió bellotas de las encinas que en aquella época había en abundancia, la tarde caía y pretendía llegar a la laguna  antes de que el barquero hiciese el ultimo viaje, siguió caminando por el camino de carbasoruns, pasando por la depresión de la abogada bajo la cuesta y llego   al pico de las palomas, donde el barquero todavía lo esperaba.
Sápwv-kharôn, cobro la moneda de oro, que Hércules le pago, cogiendo en su mano el timón de la embarcación la orilla opuesta del río Aqueronte, cada vez estaba mas cerca.
En el otro lado del río, lo esperaba Völupsa,  sentada en un tronco de aliso seco, con una espada que le caía, desde su pierna izquierda asta el suelo, la túnica,  apoyada en su hombro derecho, dejaba al descubierto su seno izquierdo, teniendo el escudo clavado en el suelo, un escudo cuadrado, y encima de este apoyada la mano derecha, una joven doncella saludaba con la mano al hombre de la barca, situada de pie a la izquierda de Völupsa, su fiel perro, echado delante del escudo, observaba en silencio la escena.
Los cuatro amigos subían por el camino zigzagueante, de valle dorado, a la parte de arriba del camino se encontraron con la guerrera, rubia, su pelo suelto, rizado, la cara apoyada en la mano izquierda, los guantes de cuero le llegaban asta los codos, un collar de aros de hierro, le colgaba asta sus pechos desnudos, un camisón blanco, sobre sus hombros, le llegaba asta el codo del brazo derecho, continuando desde allí el guante,  sujetando con firmeza con dicha mano una espada de doble filo, con abultamientos en la hoja, y una empuñadura muy larga, acabada en una gran piedra blanca, la cruceta era de alambre de acero torneado, la punta estaba clavada en un madero, la guerrera con una falda blanca y los pies descalzos, apoyados en el escudo, un escudo que en la parte superior se encontraba un yelmo, emplumado, miraba hacia el lado derecho, tres aspas por cada lateral, y en el centro un león rampante y uñado, lenguado,  sobre fondo de goles, que miraba en la misma dirección del yelmo, cuando los cinco, se juntaron siguieron camino.
Cuando los cinco llegaron a la cima del otero, ya el camino empezaba a decrecer, en su margen derecha se hallaba un castillo, las rejas de este de hierro forjado, acompañaban el camino en dirección sur, un portón de cuatro metros de longitud también de hierro forjado daba acceso al  patio de armas, Linhmesh situada en la entrada, ya estaba preparada para la batalla que se avecinaba, estaba vestida,  con un escaso bikini, de cuero, las botas atadas en la parte delantera le llegaban justo por bajo de las rodillas, unos brazaletes de acero en las muñecas, le adornaban sus antebrazos, el sujetador del bikini, sujetado al cuello, en una gargantilla también de hierro, el pelo moreno, suelto, rizado, dejaba al descubierto una cornamenta caprina, de su espalda unas alas enormes le sobresalían, y de la parte baja de la espalda un rabo, que acababa en un arpón, Linhmesh efectuó el primer ataque, pero Völupsa, lo repelió, con ayuda de  la doncella y su fiel amigo el perro, Hércules, y la guerrera rubia no tuvieron oportunidad de entrar en acción pues en un abrir y cerrar de ojos Völupsa, ya había decapitado a Linhmesh  con su espada, justo por encima de la gargantilla de metal.
Los cinco amigos, continuaron bajando por aquel camino sin mas dificultad, qua aquel contratiempo que en singular batalla beneficio  a Völupsa, el camino en ese mismo instante, hacia una curva  de herradura, los estómagos de los cinco amigos gemían de hambre,  pues en aquel mundo, no existía bicho ni planta que se pudiese comer, la arroyo por la  que fluía un torrente de aguas negras, no se podía beber, pues su pestilente olor, llegaba desde la rivera asta el camino, el puente estaba situado en una curva a la derecha, era un puente de piedra con dos pilares terminados en arcos de medio punto, pasando la arroyo  entre el primero y el segundo, la ladera hacia de base en las dos orillas, paseando sobre este estaba él, Zark-Fair, estaba de espaldas, su pelo moreno peinado en forma de cresta, terminado en una coleta en la oreja izquierda un pendiente de diamante, mas abajo en su hombro izquierdo  una hombrera, de material le cubría, protegiéndole el bíceps, usaba guantes, asta las muñecas, la vaina de  su espada era ancha, de unas dos cuartas de anchura, con dos orificios cerca de la empuñadura, una empuñadura sin ningún adorno, cuando Zark-Fair hizo ademen de desenvainar la espada Hércules, cogiendo una piedra le acertó con ella entre los dos ojos, quedando tendido tan largo era en el suelo del puente, aprovechando los cinco amigos para cruzarlo, no sin antes cuando el perro llego a la altura de Zark-Fair, le orino en la cabellera, hecho que cuando este despertó, no le gusto nada.
La fortaleza tenia la puerta mirando hacia el medio día, con tres ventanas en arco al lado derecho, la torre, de la guardia situada al oeste, y la vivienda al este, solo tenia las tras ventanas cercanas a la puerta y una mas pequeña, en el lado sur de la vivienda todas con rejas de forja, Senime, salio de la fortaleza, era pelirroja, con dos coletas, sujetadas por sendos lazos rojos, una gargantilla de terciopelo, del mismo color, alrededor de su cuello, daba paso a una camisa que en su parte superior de seda beige, y en la inferior de material dejando al descubierto su ombligo, en la cadera la falda de un palmo de longitud, dejando ver unas piernas muy largas, y en estas unas medias, que le quedaban a un palmo de la falda, sobre todo, una túnica de  seda y en la mano derecha una catana que en la empuñadura le colgaba una cuerda que Senime cogía con la otra mano, la catana brillaba a la luz de la tarde, la guerrera  rubia, saco su larga espada, y en eso de dos o tres lances, corto la anatomía de Senime, a la altura de su obligo, cayendo las dos mitades al suelo.
La princesa del el reino de los hombre, estaba en un calabozo oscuro, con su pelo grisáceo,  que le llegaba a la cintura, un corpiño, abierto por la parte delantera, tenia una media luna con unos cordones zigzagueantes, de las caderas partía un tanga diminuto, sujeto por hilo de oro, cuando tomo Hércules, la corona y se la puso en la cabeza Völupsa le hizo entrega del báculo, un báculo  con una gran perla en su parte superior y de un tono morado en el centro terminando en una pica de oro en si parte inferior, le pusieron una túnica, de gasa con perlas, arrodillándose le hicieron reverencias.
A los pocos minutos se dirigían a casa los seis por el camino de vuelta.   
  

lunes, 20 de febrero de 2012

CAPERICITA ROJA:
La señora Maria, vivía en las afueras de aquel pueblo, tenia una casa situada en el camino real, que comunicaba la pequeña localidad fronteriza con la capital de la provincia, la señora Maria, tenia a su madre viviendo en la localidad vecina, localidad que distaba cinco leguas de la casa de la señora Maria, la señora Maria solamente tenia una hija,  la niña tenía un vestido rojo, el pelo rubio y una edad de unos diez años de edad.
Aquel día  de reyes amaneció, con la niebla cerrada, una niebla que  no se veía a cincuenta metros y húmeda,  la niña, desobedeciendo a su madre, poniendo una capa roja que le hacia juego con el vestido, saltando por encima del postigo de la puerta partió camino abajo pues su ilusión era ver lo que le avían dejado los reyes magos en la casa de su abuelita.
El día diez de enero, como la niña seguía sin aparecer salieron todos los vecinos de aquel pueblo  en su busca, buscaran en la arroyo, en todos los pozos, que se encontraron alrededor de la vivienda familiar, pero la voz de alarma la dio Manuel, hombre que venia del pueblo vecino, cuando los vecinos encontraron la capa desgarrada, y ensangrentada, buscaron, por los alrededores las vísceras, los tomillos ensangrentados, y las piedras manchadas de sangre, no podían presagiar nada bueno.
Debajo de la lastra, de una peña, Juan encontró la pierna derecha de la niña, y alrededor del  manojo de trapos ensangrentados, una huella de la pezuña de un animal, trasladándola a la población, no pudiendo encontrar mas rastro ni de niña ni del animal que la ataco, acordaron que el entierro de la pierna de la pequeña, seria el día once de enero a las once de la mañana.
El día once de enero, la nieve cubría el campo santo de aquella localidad, la tierra marrón destacaba en el manto blanco todo estaba preparado, el catafalco, con el pequeño féretro, un catafalco negro, con una calavera, y dos tibias cruzadas se complementaba can unas faldillas moradas con una franja verde a diez centímetros del suelo.
El sacerdote, en la puerta, con los familiares, esperando a que los abuelos de la criatura llegasen del pueblo vecino, cuando el abuelo, con solo una camisa desgarrada, y lleno de sangre por todas partes, llego a la puerta de la iglesia, contó que una bestia de los avernos,  los avía atacado, mientras algunos vecinos, enterraban a la pequeña, Juan, y su hijo, tomaron los Arcabuces, y los perros y acompañados por otros hombres, bajaron el camino nevado asta el puente del río, donde  el camino hacia una curva en forma de herradura,  donde el anciano, dijo que avía perdido  a su esposa y al animal, un asno que los trasportaba en aquella triste jornada.
Del burro jamás se supo, de la anciana, se encontró la pierna derecha, Juan mando trasladar la pierna al pueblo, y una vez que se quedo solo con su hijo le comento a este, “los lobos, jamás, comen la pierna derecha de los humanos” dicho esto, se apostaron en sitios camuflados con el terreno.
Los copos de nieve caían aquel veinte de enero, la carnaza del burro, sacrificado, para que sirviera de carnaza, ya casi estaba cubierto de nieve, cuando una pata se empezó a mover, desde donde estaba el hijo de Juan no tenia una buena perspectiva y se movió casi de forma imperceptible, la pata ceso en su movimiento, y desapareció la oportunidad.
Eran las  siete de la mañana de aquel veinticuatro de enero cuando el lobo entro de frente a donde estaba Juan, este encendió la mecha del arcabuz, un arcabuz que tenia seis centímetros mas de caño que la mayoría de los otros cazadores, la mecha humeante ya se colaba por el  hueco que comunicaba el exterior con el anima del cañón, de repente el animal se situó de   un salto a poca mas de tres metros de él, “pum” el disparo sonó como un cañón, pero el proyectil paso a pocos centímetros de la cabeza del animal, este se abalanzo, sobre Juan, arrancándole de las manos el arma, Juan le espeto en la barriga su navaja,  pero el bicho ya le tenia un brazo en la boca, de repente se escucho otro cañonazo, y la bestia parda, cayo ya sin vida en cima del cuerpo de aquel cazador.
Montaron guardia los días sucesivos,  y ningún animal  se presento, el día uno de febrero se echo a llover deshaciendo la nieve.
Cuando el año siguiente empezó a nevar, alguien vio huellas de lobo, prohibiendo el alcalde salir de la localidad a los vecinos desarmados, Juan y su hijo montaron guardia en el bosque pero el animal urdió a los cazadores, no volviéndose a saber de el, desde entonces cada vez que nieva en aquel pueblecito, se pueden ver las huellas de el lobo, que se acercan a la casa de Juan y vuelven a salir de el pueblo.
Una noche, cuando el hijo de Juan fue a buscar a su padre, encontró la casa bacía,  su padre había desaparecido, solo pudo encontrar las huellas del animal en la nieve que cubría con su manto blanco todo aquel pueblo de castilla.
Pasados los meses, los huesos de   la pierna derecha de un hombre aparecieron en la serranía,….
Desde entonces no se volvieron a oír, ni ver lobos en aquella localidad, hasta hace dos años…

viernes, 17 de febrero de 2012

LAS RELIQUIAS
Aquel día en la casa de aquellos cristianos nuevos, nació Ben Tauro, en una casa situada en una tranquila calle del centro histórico de Toledo,  la entrada principal amplia con dos piedras de cantería a cada lado media un metro diez de ancho, y un metro y setenta centímetros de alto, por encima de la puerta un cargadero también de piedra, sujetaba una figura triangular, y encima de esta una ventana amplia que costaba de  seis cristales mas pequeños, dando luz a una alcoba que en la planta superior usaban de dormitorio, eran las siete y media de la mañana hora local del día catorce de enero del año del señor de mil ciento veintiocho.
Muy lejos de allí, los templarios y los cruzados, reorientan  sus esfuerzos militares, contra los musulmanes de la península, Bernard de Claivaux, envió el documento a roma, a trabes del embajador pontifical francés,  del papa Honorius II, Alfonso I de Aragón, ya anciano, puso paz y enfrió los ánimos bélicos pues a sus sesenta y tres años no quería una guerra en sus territorios.
El joven Ben Tauro, estudiante, causó bien pronto, la admiración de estudiantes y profesores, terminando sus estudios con el titulo de Doctor, Reunido el claustro de profesores, bien ponderadas las cualidades del nuevo doctor, y su esmerada y completa formación científica, acuerdan nombrarle profesor de filosofía y teología de la universidad palentina, de la que solo unos meses antes era alumno, ocurrió e doce de septiembre de mil ciento cincuenta y tres.
Ya muertos sus padres, la madre, todavía en Palencia, y su padre nada mas llegar a Burgos, capital de castilla y león, es el año mil ciento sesenta y tres, esta situación lastimosa y triste favorece su idea de retiro, recibe la (tonsura)  y acompañado por un joven esclavo llamado (Lesmes), que la familia tenia, se retira a la vega de Burgos, a orillas del Arlanzón, el estudio de la filosofía, y la teología son sus ocupaciones constantes.
Conociendo Alfonso VIII, las virtudes y celo de Ben Tauro, enviándolo, a la recién creada diócesis de cuenca, en el mes de junio de mil ciento noventa y seis, de nada sirvieron esta vez las negativas de Ben Tauro, trasladándose de inmediato a cuenca, acompañado por el fiel Lesmes.
 Lesmes, acompañado de Al- mulak, acompañó a Ben Tauro ya muy enfermo, a un pueblecito del noroeste de Zamora, situado en la margen derecha del río Duero.  
El domingo veintiocho de enero del año del señor de mil doscientos ocho, fallece Ben Tauro,  tras la misa de funeral, fue enterrado bajo la iglesia según la costumbre de aquellos lugares.
En aquella mañana del día veinticuatro de junio del año mil quinientos, Paulo, albañil de profesión estaba situado en la base de  una pradera de forma triangular situada en frente del pueblo en su lado este, eran las cuatro de la mañana hora solar,  clavo en el suelo un puntero con un gran circulo de hierro en su parte superior y aproximadamente la parte superior incidía con su cabeza, espero sentado en el lado oeste de la pica, asta que por fin el orto solar coincidió con el agujero, poniendo otra entre el sol y la primera. Luego realizo los cimientos de la futura iglesia de nuestra señora de los Ángeles.
Los restos incorrectos de Ben Tauro fueron trasladados en procesión al ápside de la nueva iglesia.
El papa Clemente VIII en breve de dieciocho de octubre de mil quinientos noventa y cuatro, y recibido en la diócesis el uno de febrero de mil quinientos noventa y cinco,    conocidos los portentos obrados por intercesión de Ben Tauro, lo canonizó.
El dieciocho de julio de mil novecientos treinta y seis, estando Juan, con sus dos hermanos en el monte, vieron llegar a un camión con unos hombres, vestidos de azul, y una boina roja, y temerosos de estos se refugiaron en la iglesia cercana, los hombres de un pueblo vecino prendieron fuego a la iglesia  de nuestra señora de los ángeles, abandonando a continuación el lugar, a los pocos minutos la iglesia parecía un orno, milagrosamente cuando el humo ya estaba asfixiando a Juan  y sus hermanos, encontraron un resquicio en una pared y salieron al exterior, quedando la iglesia derruida y las cenizas dispersadas por el viento huracanado.
En la actualidad solo se puede venerar una talla en escayola situada a la izquierda del retablo, junto a nuestra señora de los ángeles de la que la iglesia obtuvo su nombre.

miércoles, 15 de febrero de 2012

EN UN REINO MUY LEJANO:
Cerca de la desembocadura del río Nahar Ha Yarden, en la parte septentrional de la gran fosa del Rift, fractura técnica que separa las placas asiática y africana, muy cerca del lago Kineret, existe una pequeña  aldea, BrOoaioa, localidad en la que Philipus, rebautizo con el nombre de Lulia, en honor a la hija de Augustus.
Corría el año uno antes de cristo cuando aquella mujer parió a un barón,  blanco de cuatro kilos de peso, poniéndole  de nombre Bart Loná, (hijo de Loná) la familia se dedicaba a la pesca, desde muy pequeño acompañaba a su padre en la barca de remos que este tenia, pero cuando tubo cierta edad se mudo a la localidad vecina de Nahum, mucho mas cerca del lago.
Corría el   año veintisiete de nuestra era, cuando Loná que contaba ya con veintiocho años conoció a  un joven, So-fér de profesión, que avía llegado con su madre, viuda de un carpintero, y su hermana a la localidad ribereña.
Xara la hermana del joven escriba,  era muy guapa, y Loná se enamoro locamente de ella, Loná inmediatamente fue a hacer el Bar-Mitzva, a el templo de la localidad, con el documento en la mano, fue en busca de Miriam, su futura suegra, dada su situación de viuda, era junto con su hijo los encargados de dar la mano de la joven Xara, estando todos de acuerdo, el siguiente sábado en  el templo delante de todo el pueblo dieron a conocer su intención de contraer matrimonio, pasados pocos días y sin ningún impedimento, anotándose  en el libro del templo, no sin antes entrevistarse con el rabí, que los tenia que casar,   mas tarde  firmarían el Ketubbah.
El día de la boda amaneció lloviendo, Loná había madrugado, vestido con una túnica morada y acompañado por dos amigos, pescadores como el se dirigió a las inmediaciones del templo, esperando allí en la puerta a la novia que se retrasaba de la hora acordada, cuando llego, con dos jóvenes mujeres que eran sus damas de honor se situó a la derecha del novio, y entre los otros cuatro le pusieron por encima la Jupá.
Una vez dentro del templo Loná introdujo el anillo en el dedo anular de la mano derecha de Xara, diciendo “por este anillo eres mía, según nuestra doctrina”.
El Rabí indico los deberes del esposo y dijo, “deberás proveer de alimento, de ropa, además de cuidarla amarla y protegerla según la ley y nuestra tradición”.
Dando gracias al Creador por haber echo el mundo de dos partes, (mujer y hombre).
Rompiendo seguidamente una copa Loná,  que simboliza la destrucción del templo de Yerushaláyim.
La pareja salio del templo ya como matrimonio dirigiéndose a su casa, y en una habitación privada, se encerraron,  realizando la yhiud, cuando se sintieron listos salieron y comenzó el banquete, empezando por la bendición del pan, luego peces pescados por el propio Loná el día anterior y por ultimo cordero asado.
En el año treinta y tres de nuestra era Loná y su familia se trasladaron a Yerushaláyim, era el 30 de abril, aquel año no avía llovido y el lago se había medio secado, y en la capital se podía efectuar el comercio con más público pues Xara tejía alfombras.
Pero por aquellos días, un reo, fue ejecutado, Loná se hizo con la amistad de un grupo de caminantes de Ha-Galil, y con el poco dinero que obtuvo por la venta de las alfombras, compro un burro y un carro de un solo eje, y con Xara, y su hijo que contaba por entonces con dos años, parió en dirección a Roma.
Entre los romanos la ociosidad era su pasatiempo, pues el trabajo era algo despreciable, que ya realizaban los esclavos, con las alfombras que Xara  había tejido por el camino al venderlas compro un pars-rustica, formada por un patio central, que daba a un jardín,  también dentro  del recinto. Al fondo del patio central se encontraba la habitación donde dormía el matrimonio,  acompañados de sus hijos pequeños pues la casa solo tenia una habitación.
Paso el tiempo,  estando enhebrando aquellos  barbos  pescados en el río Teveré, en el patio de la casa, se recostó,  en la silla de mimbre  quedando dormido al sol de mediodía, cuando Xara lo llamo para comer al no contestarle lo zarandeo, cayendo el pescado de la mano, el sol daba en la  cara de Loná, los almendros florecidos, y el viento traía un    aroma primaveral, eran las doce del mediodía hora  solar de aquel veinte de febrero del año sesenta y siete de nuestra era.
A unos doscientos metros de el río Teveré, muchos años después se encontraron unos huesos,  a poca distancia, de unas ruinas de una antigua casa solariega, los huesos de aquel hombre tenían tierra  de la tumba que tenían abierta ante ellos, los huesos tenían un color rojo gracias al paño dorado con que fue envuelto el cadáver, restos de un paño púrpura e hilos de oro lo que demuestra que era una persona venerada, los arqueólogos dedujeron que eran huesos de un ser robusto, de sexo varón, de avanzada edad de aproximadamente unos setenta años, y del siglo primero.
Años más tarde los cristianos levantaron una iglesia en derredor de la tumba.                   

martes, 14 de febrero de 2012

HACE MUCHOS, MUCHOS AÑOS:

Aquel día se habían juntado para cenar unos amigos en aquel pueblo, la puerta principal de la casa, se abría  hacia levante, con dos ventanas en el primer piso y tres en el segundo, una plaza a dos alturas, delante de la puerta principal, y unas puertas grandes  o carreteras, de madera de roble, que servían para guardar por ellas los carros un poco mas metida de la alineación de la fachada de la casa.
La casa era del abuelo de la mujer de Lesus, (Magda-el), y todos los sábados, invitaba a cenar a sus amigos, el primero en llegar fue el hijo de Tholmai, seguido a los pocos minutos de Jacobo, un jovencito hijo de Jalfai, poco mas tarde llegaron Adriél, Is´qeriyyôt, Shimón, Yohannân, y pasados veinte minutos llegaron Yeshu, Tadday, Zelotai, Tomás, Yago, y en ultimo lugar Philos.
En estos momentos el sol ya iba acariciando las piedras de las torres del templo, y las casas de la pare alta del pueblo,e iba penetrando lentamente la oscuridad en las calles de la parte baja.
Mientras las mujeres preparaban la sala, los hombres pasearon por el pueblo ablando de sus cosas, cuando la primera estrella apareció en el cielo terso de la tarde, todo estaba ya preparado, la sala, los divanes, las mesas, las lámparas, los panes, el vino, el cordero al chilindrón recién cocinado.
Havia   alegría en todos los rostros, y una luz especial en sus ojos, en aquel atardecer, les parecía que  emprenderían una marcha hacia la livertad.
Cenaron, Magda-el atendía la mesa vigilando a unas esclavas que la familia tenia, pues era  desahogada económicamente los niños, jugaban en el patio, Lesus tomo un pedazo de pan, y mojándolo en el  plato le dio a provar a Is´qeriyyôt, diciéndole seguidamente, “Realiza pronto lo que tienes que hacer”, pero ninguno de los otros invitados comprendió el motivo por el que se le decía esto, como Is´qeriyyôt estaba encargado  de los dineros, que entre todos habían escotado, todos pensaron que Lesus lo había mandado a la tienda en busca de más alimentos cuando Is´qeriyyôt salio ya era de noche.
Is´qeriyyòt tomo a los hijos de Lesus, y llevándose también a Magda-el   embarazada de siete meses, montando en una barca de caña, se echaron al mar, llegando a la isla de Ízaro, a la espera de que Lesus, le enviara noticias   para su regreso.
Pero el tiempo pasaba, y las noticias no llegaban, y se dirigieron de nuevo a Yerushalayim en incógnita misión, los dos niños ya casi unos hombrecitos, Magda-el, con un bebe de dos años de edad, y Is´qeriyyôt que ya parecía un anciano,  llegaron a aquella ciudad e izo sus indagaciones, y todas las noticias que obtuvo fue que Lesus había sido asesinado tres días después de aquella cena, en la casa de aquel pueblo, convenció a Pilato, y fue uno de sus corregidores, cuando localizo, a los asesinos de Lesus, entro en su casa y con la espada de el hijo de Yona, mato a los culpables de la muerte de Lesus, dejando con vida a Yurëk cabecilla del grupo  y llevándolo a rastras a un campo próximo,   lanzándolo de  cabeza, se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron, por lo que aquel campo desde entonces paso a denominarse Alcadama.
Is´qeriyyôt se caso con Magda-el y tuvieron otros dos hijos educando a sus cinco hijos en el temor de yhwh y el amor al prójimo.
Is´qeriyyôt ya octogenario narra su amistad con Lesus, desde su infancia, asta le fecha de su asesinato, en un escrito que llamo, las memorias de Yehûdah. Muriendo a las pocas semanas de su publicación quedando Magda-el viuda viviendo en la casa de la plaza de aquel pueblo hasta que falleció, con la satisfacción de haber amado a dos hombres buenos.

Cuando Magda-el murio,su cuerpo fue enterrado, en aquel túmulo quedando a su izquierda el cadáver de Lesus, y a su derecha Is´qeriyyôt, sus hijos cerraron la gran puerta de al menos  50 arrobas de peso, marchando muy tristes para sus casas, a los pocos días alguien les comunico, que la puerta de la sepultura de sus padres estaba abierta y  se acercaron rápidamente,  encontrando los nichos vacíos.
Pero esto ya es otra historia…

miércoles, 8 de febrero de 2012

EL EVANGELIO DE JAVI II:

Número de expediente, 1493/01.2012.
Expediente (X).
Estando yo pescando con mi caña recién comprada, en el embalse aquel día frío del mes de enero en el lugar denominado Caño de la Barrosa, y estando acompañado por mi padre, con la vista fija en la veleta, se me acerco un viejo amigo de la familia, el Coronel del cuerpo de ingenieros, (Paulus Denique Capillos) me comento que avía un proyecto de nominado “Dayr az-Zawr” y que era imprescindible que yo estuviera en el gracias a mis dotes de comunicación con personas de otros continentes, y el programa de la computadora para traducir distintas lenguas al  castellano en traducción simultanea que yo tenia.
Aquel día en cabo cañaveral, la nave Interprise NX-01 esperaba con sus motores rugiendo, en una pantalla se leía una cifra de números que disminuía a la velocidad   de un dígito por segundo, en los mandos de control, el comandante, cuyo nombre de procedencia rusa sonaba así como (potoplof)  a su lado el piloto, (Chin-lee) y como pasajeros íbamos (Yosua), un cadete de la (USAF), un tal (Yibri-íl) de inteligencia militar y yo, el despegue casi imperceptible, y luego un sueño pesado, pasadas dos horas Chin-lee, nos despertó,  hemos llegado  nos dijo y salimos por una trampilla a un olivar no sin antes poner nuestros relojes en hora “las tres de la mañana hora solar de aquel veinticinco de diciembre del año cuatro antes de cristo”.
Vestidos de la manera tradicional hebrea, y con las armas, ordenadores y antenas,  bien escondidas, nos dirigimos  hacia la localidad de Nátzrat, para poder localizar a Miriam.
Cuando Yosef, abandonando sus herramientas,  acompañado de los demás viudos, fueron a encontrar al Gran Sacerdote, Este tomo las varas de cada cual se introdujo en el templo y nos pregunto, “cual debo elegir” Yibri-íl le dijo “la de Yosef”, cuando el Gran Sacerdote después de haber cobrado treinta monedas de oro salio otra vez con las varas, devolviéndoselas a todos, Yosef, cogió la suya en ultimo lugar, saliendo de un puntero láser disimulado en la vara una luz cegadora, y el gran sacerdote dijo, “Yosef tu te aras cargo de Miriam”.
Más Yosef se negaba a ello, diciendo:” soy viejo, y tengo hijos, al paso que ella es una niña, no quisiera servir de irrisión a los hijos de Yisra-el”, y el gran sacerdote respondió a  Yosef, “temerás a Yahveh, y recuerda lo que hizo con Dathan, Avirón, y Cré y como los hizo desaparecer en el cielo montados en un carro de fuego por su desobediencia, teme Yosef, que no ocurra lo mismo en tu caso”.
Y Yosef lleno de temor tomó a Miriam bajo su guardia, diciéndole, “he aquí que te he recibido del templo del señor, y que te dejo en mi hogar, ahora voy a trabajar en mis construcciones, y después, volveré cerca de ti entre tanto Yahveh te protegerá.
Cuando Yibri-íl entro en la habitación de Miriam con su traje de vuelo interestelar y le dijo,  “alégrate la gracia es con tigo, vendrás con nosotros en un viaje que nunca olvidaras”, a lo que Miriam respondió, “hágase tu palabra”.
La nave partió aquella fría noche del uno de enero del año tres antes de cristo, acompañándonos Miriam que por entonces contaba con catorce años.
 Su prima Baal que contaba cuarenta y cinco años, fue a recibir a Miriam a la plataforma de aterrizaje de las naves de la base cincuenta y nueve, estando embarazada de seis meses, estuvieron mas de dos horas ablando y cuando terminaron, Miriam acepto que fuera sometida a la implantación de un óvulo fecundado, después de la intervención quirúrgica, Miriam se despidió de Baal que partió hacia su  tiempo prometiéndole todos   que pronto volverían a verse.
Pasados nueve meses Miriam tuvo un niño por cesaría, y cuando este tubo dos años acompañamos a Miriam de nuevo al pasado, regresando al uno de enero del año tres antes de cristo.
Miriam, muy gozosa, fue a visitar a Baal, y llamo a la puerta, y Baal habiéndola oído dejo todo y fue a la puerta, Miriam, paso tres meses con Baal.
Pero teniendo que regresar, a la casa de Yosef, el día uno de abril se puso en camino, y he aquí que Yosef volvió de su trabajo, y encontró en su morada a Miriam y al niño, se golpeo el rostro y se echo a tierra sobre un saco, y lloro amargamente diciendo” que plegaria le dirigiré a Yahveh en relación a esta jovencita, porque la recibí pura de los sacerdotes del templo, y no e sabido guardarla”y llamando a Miriam le dijo “que has echo”.
A lo que ella le contesto llorando amargamente “soy pura y no e conocido varón”.
Pero Yibri-íl con su traje de astronauta fue a hablar con Yosef, diciéndole,” no temas, pues ese niño, el futuro esta con el, y le pondrás de nombre Lesus, y en tanto cuidaras de ellos como tu esposa y tu propio hijo”.
El día 30 de abril del año nueve después de cristo, falleció Yosef aplastado por una viga de un tejado de una obra que  estaba haciendo, después del funeral, Miriam y Lesus, fueron transportados hacia la base cincuenta y nueve para la formación del joven en física, química,  astronomía, y otras ciencias. Siendo un niño muy listo y aprendiendo el inglés a la perfección, pasado el tiempo volvió a su tierra, pero esa es otra historia…

lunes, 6 de febrero de 2012

EL EVANGELIO DE JAVI:
Bapvab´`aç:
Lesus, se subió a aquel medio de transporte, aquella noche del veinticinco de abril de el año treinta de nuestra era, víspera de la festividad de pascua, estando rezando en el huero de Gath-Smáné un viejo amigo de la familia de su padre, la nave un turbina F 4 de las fuerzas aéreas, leyéndosele debajo de las alas  la palabra (USAF), la nave tomo altura, dejando un rastro de polvo, mas tarde un rumor y luego un fuerte ruido, la nave giró sobre su eje poniendo proa hacia levante y en unos segundos desapareció,  dejando a este que escribe boquiabierto, mirando para el lugar  que hacia unos instantes ocupaba el aparato, eran las cinco de la mañana hora solar.
Cuando  las fuerzas (MOSAD), registraron el huerto de aquellos olivos, allí solo encontraron a este cronista, acompañado por uno de los seguidores de Lesus, un tal Yehúdah, nos retuvieron a los dos, llevándonos a las mazmorras del palacio de Herod,  dejándome, en libertad pues yo como extranjero no pudieron probar cargo alguno en mi contra, pero el parecido físico de Yehúdah y Lesus, era tal que los agentes, pensaron que se trataba de la misma persona.
La semejanza de ambos era tanta que la misma Miriam y los otros seguidores de Lesus fueran engañados por ella.
Herod, le pasó el caso a Pilatus, y este al Gran Sacerdote de Yerushaláyím, y el día en que este, publico el decreto acompañamos a Miriam Yago, Kefa y yo, a la ciudad  judía.
La condena de el falso Lesus, fue a muerte en la cruz, tres días después de su detención, Yehúdah con el madero a cuestas se dirigió al Karaniou Topos, donde fue crucificado junto con otros dos hombres.
Miriam, temerosa de Yahveh, pidió a seguidores y amigos, que no hicieran nada ante la muerte tan ignominiosa del que todos creían que era Lesus.
Cuando este que escribe se puso en contacto con el Coronel del cuerpo de ingenieros, (Paulus Denique capillos) para que este se pusiera en contacto con su homologo estadounidense.
Pidiéndole en mí nota radiotelegrafiada “Conociendo lo que pasa en el corazón de los hombres, comprenderás que están abrumados de dolor por la muerte de Yehúdah, al cual miraban como a Lesus mismo, su maestro, y que experimentan el deseo de verlo después de su resurrección.
Aquella mañana llovía, este que les habla con su baliza láser, y el puntero de la antena dirigido a levante, esperaba la llegada de la nave Apolo 30 una nave expedida por la confederación de países, la nave, llego a las cuatro y cuarto hora solar, de ella se bajo Lesus, acompañado por una patrulla de cinco marines armados asta los dientes, cuando me localizaron, me dijeron que irían a la casa de Miriam, la nave volvió a despegar perdiéndose en el cielo nublado, una vez en casa de Miriam y  disfrazados  los soldados,   solo dejaron ver a Lesus a la misma Miriam y a los seguidores que este.
Cuando Lesus hablo con Miriam, esta se mareo cayendo al suelo, pero Lesus la cogió y sonriendo le dijo “no temas, pues estoy vivo no difunto como as creído”, por que dijo Miriam “teniendo el poder de curar a los enfermos, as sufrido la muerte, con gran vergüenza para tus parientes, y todos los que te aman están heridos de espanto y de agonía”, a lo que Lesus contesto,” puedes creerme, que nunca fui muerto”. Y llamando a los soldados les dio orden de que se dejasen ver y que contasen como todo había sucedido, los soldados enfocaron sus linternas, a la cara de Miriam, y los otros y narraron como todo había sucedido, empezando por la transformación de Yehúdah que le tuvieron que cambiar la cara para que le repercutiera a él el mal que intentaba infligir en la persona de Lesus.
Lesus, abrazo a Miriam como un hijo se abraza a su madre cuando se va lejos de ella le dio también, un abrazo a Yago, y Kefa, y subió la pasarela de la nave Apolo 30 que situada en el huerto de Gath-Smáné, esperaba por nosotros, me despedí de todos con un apretón de manos y un asta pronto… 
La nave cerro sus compuertas puso sus turbinas en funcionamiento y despegó hacia nuestra época dejando a aquellos hombre en aquel tiempo tan lejano.
Pasados los años cuando de nuevo hubo dinero para efectuar otro proyecto, acompañe de nuevo a Lesus, que en realidad era el Mayor Yosua de la (USAF), a una nueva incursión en aquel tiempo, esta vez al año cuarenta y cinco, localizamos a Miriam y la convencimos de que viniera con nosotros, viviendo desde entonces en un pueblo del noroeste de la península ibérica.
Numero de expediente 1492/12 .2012. Top Secret.
Expediente (X).     
               

jueves, 2 de febrero de 2012

III HERA 2ª PARTE:
LA CIUDAD BLANCA:
El sueño tocaba a su fin, pues el alba estaba próxima,   pero me aferraba una vez más a la almohada para no perder la historia:
El mundo cambia, quien tendrá ahora la fuerza de hacer frente a los ejércitos de Débiles y Coluber, de revelarse al poder de Tenebrae, y a la unión entre ellos, unidos mi señor Tenebrae, seremos reyes de Meddle Terra.
Vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba es llamado Sufflavus, y con justicia juzga y hace la guerra, Sus ojos son como llamas de fuego, lleva en su cabeza muchas diademas, siendo el rey de la ciudad denominada Alicuam Turpis, y tiene un manto empapado en sangre negra, le siguen los ejércitos de los hombres, acompañados por los ejércitos de Esse Immortale,  sobre caballos blancos, vestidos de lino blanco puro, en su mano, una espada aguda para luchar con ella contra los ejércitos de  la oscuridad.
Vi a Tenebrae, de pie, por encima de un  sol nublado, que gritó con una gran voz, diciendo a todas las aves, que vuelan por lo alto del cielo, “Venid, congregaros, El gran festín de Tenebrae para comer las carnes de los reyes de los hombres, las carnes de sus caballos, las carnes de todos los pueblos libres, la hora por fin a llegado.
Y vi a Tenebrae, y a los reyes de la Meddle Terra, y a sus ejércitos  reunidos para hacer la guerra, Sufflavus, con su ejercito, y fue aprisionado Tenebrae, y con el sus esbirros Débiles y Coluber, vivos, fueron arrojados los tres al lago de fuego, que arde con azufre, los demás miembros de su ejercito, fueron muertos por la espada forjada por Caecus, y las aves negras se convirtieron en palomas blancas.
  Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, y vi la ciudad blanca, que se alzaba al lado de Sufflavus, ataviada como una esposa que se engalana para su esposo, oí una voz grande que del trono decía: “e aquí el tabernáculo de Sufflavus, y erigirá su tabernáculo entre los hombres, y serán su pueblo, y el mismo Caecus, será con ellos, y enjugara las lagrimas de sus ojos.
Vi a siete jinetes blancos, que tenían siete copas, uno hablo con migo y me dijo, “ven y te mostrare la novia, la esposa, me llevo a un monte grande y me mostró la ciudad blanca, y en la plaza de armas del palacio existía un  árbol blanco, cargado de frutos.
Su brillo era semejante a la piedra mas preciosa, como de mármol pulimentado, tenia un muro grande y alto y doce puertas, y en las doce puertas doce soldados, de la parte de oriente, tres puertas, de la parte del norte tres puertas, de la parte del mediodía tres puertas, y de la parte del poniente tres puertas.
Vi que la ciudad estaba asentada sobre una base cuadrangular, y su longitud era tanta como su anchura, unos doce mil Estadiun, siendo igual su longitud que su latitud.
Me nombro rey de la Meddle Terra, y me dijo tu eres Sufflavus, hijo de Angelus, descendiente de Pulchera lux y gobernaras estas tierras de paz durante muchos años, igual que tus hijos, y los hijos de tus hijos asta el día del   juicio final en que el mismo Caecus vendrá para gozo de todos.
Desde aquel día, los hombres quedamos solos en la Meddle Terra, ya que Esse Immortale y su gente regreso un atardecer desde los portus mundi a Sacra Islam, mientras los barcos se alejaban,  y el sol se ponía, una lagrima resbalo por mi mejilla, luego ya de noche regrese a palacio, donde cene, estuve un buen rato leyendo un libro que me avía regalado una amiga, y luego me fui para la cama, soñando con un hombre de otras tierras y otros tiempos, aquellos hombres  tenían coches, ordenadores y televisiones, total que me dije que todo aquello era mera fantasía.           

miércoles, 1 de febrero de 2012

III HERA:
1ª PARTE:
LA COMARCA:
El mundo a cambiado, lo siento en el agua, lo siento en la tierra, lo huelo en el aire, mucho se perdió entonces, pero nadie vive ahora para recordarlo, y aquellos hechos que nunca debieron caer en el olvido, se perdieron en el tiempo, la historia se convirtió en leyenda, la leyenda en mito, y durante miles de años, la oscuridad descanso,  asta que llegada la ocasión Coluber, embauco a un nuevo hombre.
Las Feas, tienen derecho a vivir… pero no todas en mi comarca!!! Rezaba un cartel en la localidad de Vide Pauperum.
Aquellos hombres avían abitado aquella comarca hacia cientos y cientos de años contentos y felices, no teniendo fama de buenos guerreros, ni se encuentran entre los más sabios, se dedicaban al cultivo de la vid y la elaboración de vinos pero lo que de verdad esos hombres realmente se inclinaban, es a la paz, la tranquilidad y el cultivo de la tierra, no cave duda que para otros sus costumbres parezcan peculiares, no hay nada mejor que gozar de los placeres de una vida sencilla.
  Aquel sueño ya de tanto repetirse ya me empezaba a gustar, me parecía una novela y yo también estaba impaciente por saber como continuaba.
      Sufflavus vivía a las afueras de Vide Pauperum en la vía que comunicaba la  localidad con la vecina Cerasus Nardo, aquel día esperaba visita, pues su amigo, Grey Veneficus, vendría por motivos del cumpleaños de su padre.
La noche transcurría y la emoción del sueño, no cesaba ni un ápice, a aquella hora ya tenia yo las mantas, y las sábanas, lo de abajo para arriba.
Débiles, era consiliarius de la asamblea de la nigrum urbem, y su consejero Wormtongue, mandaron a los septem nigras porttitor, pues el rumor de que había llegado la hora era cierto.
Grey Veneficus, sentado en una banqueta, frente al fuego fumaba en su pipa, las brasas, rojas, con una pizca de ceniza en su nivel superior, estaba abstraído, muy lejos de la conversación que Sufflavus le estaba diciendo, de pronto, pregunto: “las semillas del árbol blanco están a buen recaudo”, Sufflavius quedo pensando un momento, y le dijo “están en el sótano, en un baúl”, “Cojéelas”, le dijo su amigo Grey Venéficus,  tienes que partir inmediatamente pues las semillas aquí ya no están seguras,“no te fíes de nadie” le dijo Grey Veneficus a Sufflavus.
Sufflavus, acompañado por su amigo Aprum, caminaban lentamente dejando atrás la aldea de Vide Pauperum, no mas allá de  haber recorrido dos o tres millas en la bifurcación del camino, uno de los nigras porttitor, les cortó el paso, “donde iremos ahora dijo Aprum a Sufflavus, “por el camino de la derecha, hacia el paso de Bad River, dos millas, corre” dijo Sufflavus echando a correr.
En el camino de la ciudad de Cerasus Nardo, donde Grey Veneficus los havia mandado, se encontraron con Praeses Societatis venatores, “Grey Veneficus, no va a venir”, les dijo “me a mandado a mi en su nombre”, Aprum, le recordó a Sufflavus, que el propio Grey Veneficus les advirtió de que no se fiaran de ningún desconocido estando alerta de los movimientos de Praeses.
Débiles, ya sabiendo hacia donde se dirigían y que numero de personas componían el grupo, mando a Wormtongue para matar a Sufflavus, y poder destruir las semillas del árbol blanco.
En las afueras de Cerasus Nardo, frente al Capulus, se celebro una batalla, pero Sufflavus, tenia la espada forjada por el mismo Caecus y con ayuda de sus dos compañeros acabaron con Wormtongue siguiendo camino.
Euismod, mando llamar a todos los hombres de buena voluntad que vivían en  Meddle Terra e invitando a dicho concilio a Sufflavus y sus acompañantes formaron la compañía de las semillas del árbol blanco.