miércoles, 1 de febrero de 2012

III HERA:
1ª PARTE:
LA COMARCA:
El mundo a cambiado, lo siento en el agua, lo siento en la tierra, lo huelo en el aire, mucho se perdió entonces, pero nadie vive ahora para recordarlo, y aquellos hechos que nunca debieron caer en el olvido, se perdieron en el tiempo, la historia se convirtió en leyenda, la leyenda en mito, y durante miles de años, la oscuridad descanso,  asta que llegada la ocasión Coluber, embauco a un nuevo hombre.
Las Feas, tienen derecho a vivir… pero no todas en mi comarca!!! Rezaba un cartel en la localidad de Vide Pauperum.
Aquellos hombres avían abitado aquella comarca hacia cientos y cientos de años contentos y felices, no teniendo fama de buenos guerreros, ni se encuentran entre los más sabios, se dedicaban al cultivo de la vid y la elaboración de vinos pero lo que de verdad esos hombres realmente se inclinaban, es a la paz, la tranquilidad y el cultivo de la tierra, no cave duda que para otros sus costumbres parezcan peculiares, no hay nada mejor que gozar de los placeres de una vida sencilla.
  Aquel sueño ya de tanto repetirse ya me empezaba a gustar, me parecía una novela y yo también estaba impaciente por saber como continuaba.
      Sufflavus vivía a las afueras de Vide Pauperum en la vía que comunicaba la  localidad con la vecina Cerasus Nardo, aquel día esperaba visita, pues su amigo, Grey Veneficus, vendría por motivos del cumpleaños de su padre.
La noche transcurría y la emoción del sueño, no cesaba ni un ápice, a aquella hora ya tenia yo las mantas, y las sábanas, lo de abajo para arriba.
Débiles, era consiliarius de la asamblea de la nigrum urbem, y su consejero Wormtongue, mandaron a los septem nigras porttitor, pues el rumor de que había llegado la hora era cierto.
Grey Veneficus, sentado en una banqueta, frente al fuego fumaba en su pipa, las brasas, rojas, con una pizca de ceniza en su nivel superior, estaba abstraído, muy lejos de la conversación que Sufflavus le estaba diciendo, de pronto, pregunto: “las semillas del árbol blanco están a buen recaudo”, Sufflavius quedo pensando un momento, y le dijo “están en el sótano, en un baúl”, “Cojéelas”, le dijo su amigo Grey Venéficus,  tienes que partir inmediatamente pues las semillas aquí ya no están seguras,“no te fíes de nadie” le dijo Grey Veneficus a Sufflavus.
Sufflavus, acompañado por su amigo Aprum, caminaban lentamente dejando atrás la aldea de Vide Pauperum, no mas allá de  haber recorrido dos o tres millas en la bifurcación del camino, uno de los nigras porttitor, les cortó el paso, “donde iremos ahora dijo Aprum a Sufflavus, “por el camino de la derecha, hacia el paso de Bad River, dos millas, corre” dijo Sufflavus echando a correr.
En el camino de la ciudad de Cerasus Nardo, donde Grey Veneficus los havia mandado, se encontraron con Praeses Societatis venatores, “Grey Veneficus, no va a venir”, les dijo “me a mandado a mi en su nombre”, Aprum, le recordó a Sufflavus, que el propio Grey Veneficus les advirtió de que no se fiaran de ningún desconocido estando alerta de los movimientos de Praeses.
Débiles, ya sabiendo hacia donde se dirigían y que numero de personas componían el grupo, mando a Wormtongue para matar a Sufflavus, y poder destruir las semillas del árbol blanco.
En las afueras de Cerasus Nardo, frente al Capulus, se celebro una batalla, pero Sufflavus, tenia la espada forjada por el mismo Caecus y con ayuda de sus dos compañeros acabaron con Wormtongue siguiendo camino.
Euismod, mando llamar a todos los hombres de buena voluntad que vivían en  Meddle Terra e invitando a dicho concilio a Sufflavus y sus acompañantes formaron la compañía de las semillas del árbol blanco.

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