lunes, 30 de enero de 2012

II HERA:
EN LA QUE TODO CONTINUA:
Tenedrae, fue muerto por el hijo mayor de Spes, Pulchera lux que le espetó la espada, una espada fabricada por el mismo Caecus, que acabo con la vida de Tenebrae, o eso fue lo que todos creyeron.
El despertador sonó, otra de mis pesadillas, el trabajo, en la fabrica de quesos, aquel día, fue ameno y sin complicación alguna, por la tarde este que escribe, se acerco a el río a pescar un pez para freírlo y después cenarlo, acompañándolo con una botella de vino blanco.
Luego una hora de lectura de un libro escrito por una amiga que vivía en Barcelona, y a eso de la media noche, el sueño comenzó de nuevo una noche más.
Pulchera lux rey de la raza humana, vivía feliz en aquella isla que los Caecucienses avían bautizado con el nombre de Sacra Island, pero la codicia del hombre es insaciable y algunos de aquellos hombres, embaucados por Coluber, “con que os ha mandado Caecus, que no comáis de los frutos del árbol blanco”. Del árbol blanco dijo Caecus no comáis pues podréis morir replicaron los hombres a Coluber.
La  noche transcurría lentamente, me levante al servicio y después de beber una jarra de agua me volví a meter en la cama para continuar con aquel sueño.
Coluber, le dijo a aquellos hombres que estaban reunidos “es que Caecus, sabe que si el árbol blanco da al igual que su raza la vida eterna y podréis ser tan inmortales  y sabios como ellos”.
Vieron entonces los hombres, que las frutas del árbol blanco, eran buenas para comérselas, hermosas a la vista y deseables, para alcanzar por ellas sabiduría.
 Los hombres, se acercaron al templo,  donde las septem sacerdotes virginia, custodiaban al árbol blanco.
Cuando las sacerdotisas, prohibieron la entrada en el templo a los hombres, estos, sacando sus espadas degollaron a las sacerdotisas, llegando asta el árbol blanco, y comiendo de los frutos prohibidos,  la fruta, era embriagadora, y la fiesta, se alargo barios días, pero entre mas comían, mas hambre les daba,  cuando vieron que el árbol blanco no les satisfacía, arrancaron y quemaron el árbol   blanco de Sacra Island, Caecus, montó en cólera, llamando a  Coluber, no lo encontró, Coluber había cojido una galera y al amanecer se fue de Sacra Island con destino incierto.
Entonces Caecus llamo a Pulchera lux, diciéndole, “por haber escuchado a Coluber, arrasando el templo y destruyendo al árbol blanco, serás expulsado  de Sacra Island, hacia Meddle Terra, pero como tu padre fue un amigo y un servidor de los Caecucienses, desde este momento juraras que esta semilla que te voy a dar la plantaras en una ciudad que en nombre de Sacra Island, llamaras Alicuam Turpis.
A esa hora de la mañana próxima a la hora de levantarme, volví a levantarme, el servicio ya estaba frió, pues la calefacción la había apagado cuando me fui a la cama, y al pasar por la cocina, volví a beber agua de la jarra, y me dormí en seguida.
Esse Immortale, acompaño con su familia a la totalidad de la raza humana en su viaje hacia Meddle Terra, en un sin fin de fragatas, que al amanecer partieron de los Grey Portubus, para ayudar a los hombres de buena voluntad a sobrellevar la nueva situación.
Y en eso estaba cuando el despertador toco de nuevo comenzando la nueva jornada laboral.

miércoles, 25 de enero de 2012

A la memoria de un hombre, que escribió CUENTOS, o no, me refiero a J.R.R. TOLKIEN, un gran escritor.

I HERA:
EN LA QUE EMPEZÓ TODO.
El plutón, daba infinidad de vueltas alrededor de su neutrón, solos en el universo, la voz, que a aquellas horas de la noche, ya era una voz conocida, pues la noche anterior, yo ya la había escuchado, sonó de nuevo:
Al principio, era el ruido, y el ruido, estaba en el plutón, y el ruido era el plutón.
El estaba al principio en el plutón, juntos hicieron todas las cosas, y sin el no se hubiera echo nada.
Sin ellos no existiría, la vida, y ellos eran la luz, la luz luce en las tinieblas, pero, las tinieblas no acogieron a la luz.
Aquel ser enviado, por   la luz, vino al primer mundo, a dar testimonio de ésta, el no era la luz sino que vino a dar testimonio, de la luz.
Las tinieblas, envidiosas, de la luz, aprovechando la noche, enviaron a otro ser, oscuro que se escondió en las profundidades de aquel mundo que acababa de nacer.
Luminar, que era el nombre de el enviado por la luz, creo a unos seres que pervivieran en el tiempo, unos seres translucidos pero luminosos, aquellos seres, no podían morir.
El despertador con su ruido tic  tac seguía con su lento caminar, segundo a segundo la noche transcurría, y la historia seguía en mi cabeza:
  El jefe de los translucidos llamado Splendere, vivía con sus hijos e hijas en aquel mundo que acababa de nacer, pero algunos hijos de este, disconformes con los consejos de su padre, se adentraron en grutas, y poco a poco, con el paso de los siglos, se volvieron mas y mas opacos, asta que la luz, se le apago.
Caecus, era el rey de esta nueva tribu, tataranieto de Splendere,  y como savia todavía la historia de su pueblo, prohibió a sus vasallos que se internaran demasiado en las profundidades del universo pero algunos de sus hijos no le hicieron caso.
Tenebrae, el señor de los avernos,  del universo, le puso un cebo a aquellos seres venidos de las capas superiores de aquel mundo, creando a partir de barro a aquellas personas, que servirían de carnaza para los Caecucienses.
Y los hijos de los Caecucienses, se casaron con las hijas de los Lutulentum, que así se denominaban, los seres de barro, viviendo ya no como seres inmortales,   pero vivirían mucho más que los Lutulentum.
La noche seguía, y la voz continuaba su relato:
Perspicuae, llego al mundo a dar testimonio de Caecus,  Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron, mas a los que lo recibieron, le dio poder para ser hijos de Caecus, que aquellos que creen en su nombre, que no de la sangre,  ni de la voluntad carnal, de varón, sino de Caecus, son nacidos.
Y de esta nueva raza, nacieron  los primeros hombres, de nombre Spes.
Pero la voluntad del hombre es débil, y Tenebrae embauco a estos, pero ciento cuarenta y cuatro mil, castos y valientes se enfrentaron en la primera gran guerra que viera el mundo, con la ayuda de Caecucienses,   derrotando a las tropas de Tenebrae en una lucha de más de cien años.
Tenebrae, fue muerto por el hijo mayor de Spes, Pulchera Lux, que le espeto su espada una espada fabricada por el mismo Caecus, que acabo, con la vida de Tenebrae, o eso fue lo que todos creyeron.
El despertador sonó y la noche acabo, otra de mis pesadillas ggg…

miércoles, 18 de enero de 2012

UN CURA LLAMADO PANDO:

La escalera de la tribuna estaba situada a la derecha  de la iglesia, desde ella se subía al campanario, que tenia dos campanas, una mas grande “dom”  y otra mas pequeña “dim.”, bajando la escalera de la tribuna, a el lado izquierdo de la iglesia, se encuentra el cuadro de las animas que los fieles encienden su pilotito rojo y verde, para que ilumine a las almas que murieron en pecado siguiendo por aquella pared un santo cerca de el púlpito, mas adelante nuestra señora de los Ángeles, situada a la izquierda del retablo o altar mayor, a la derecha santa bárbara, y en la pared una puerta a la sacristía, dos filas de bancos y un pasillo central, que en aquella ocasión estaba ocupado por un catafalco, con dos calaveras sujetadas por dos tibias cruzadas.
Pando, en su latín,  peculiar, oficiaba el funeral,  Quia pulvis es et in pulverem reverteris, Ego te absolvo a peccatis tuis in nomini Dei nostri Amen, verbum Dei.
Deo gratias respondimos los feligreses.
Un vecino, llamado paquito, tarareaba el  eleison en la tribuna pues era el mayordomo de la cofradía de la cruz y  como juez de esta al tener mas edad que ningun otro hombre del pueblo, aquel año, le correspondía a el acompañar a los difuntos, la cantinela se podía interpretar como algo parecido a esto:
 Kyrie, rex genitor ingenite, vera essentia, eleison.
Kyrie, luminis fons rerumque conditor, eleison.
Kyrie, qui nos tuæ imaginis signasti specie, eleison.
Christe, Dei forma humana particeps, eleison.
Christe, lux oriens per quem sunt omnia, eleison.
Christe, qui perfecta est sapientia, eleison.
Kyrie, spiritus vivifice, vitæ vis, eleison.
Kyrie, utriqusque vapor in quo cuncta, eleison.
Kyrie, expurgator scelerum et largitor gratitæ; quæsumus propter nostras offensas noli nos relinquere, O consolator dolentis animæ, eleison
Luego hacia una pausa de varios segundos y  tarareaba otra estrofa mas o menos se podía discernir como:
Kyrie, eleison
Christe, eleison
Kyrie, eleison
Pater noster.
Al poco continuaba el cura exaltando las virtudes del difunto en vida, y criticando la falta de donativos a la iglesia, que en aquellos tiempos que corrían, los feligreses se habían olvidado de la parroquia, “otros opinaban que era el él que   vendió las  obras de arte “pero ya que el testigo que vio que llevaba, el cura cruzado en la moto, a San Amaro, y San Ildefonso”, era el difunto, nadie podía, hacer mas que debatir la verdad o la falsedad del comentario.
El difunto solía decir:
Pando, llevaba, a mi suegro cruzado detrás de la moto.
Luego se echaba una risotada y le pedía al cantinero otra jarra de vino.
Paquito, siguió sus cánticos,  y el curo también, asta que pasada media hora el cura dio por terminado el funeral, con un podes ir en paz.
 Acompañando al difunto a hombros entre cuatro hombres que se tenían que relevar por el camino asta el cementerio que estaba a las afueras.

Crede mihi, cum mors
Veni solvere vincla,
Fracta sunt astricti me,
Cum dies cenit, guod Deus constituit
Et hoc tit anima caelum
Iterum me videbis in die illa
sentit adhuc amore
ego dilexi te et inveniam cor deum
lustrata omni pietatis.
Con esta oración el cura recogió su hisopo y saliendo puerta afuera dejo a los dos operarios del ayuntamiento, terminando de echar la tierra encima del féretro.
Paquito, con la cruz de plata, siguió en el cementerio, asta finalizar el enterramiento del difunto, y una vez finalizado regreso a la iglesia, donde dejo en la sacristía la cruz, otro vecino llevaba la cruz negra y un tercero la pendolilla todas ellas insignias eclesiales para dar cristiana sepultura a los difuntos.
Luego retiraron el catafalco, y barrieron la iglesia apagando las luces y cerrando las puertas cada hombre marcho para su casa, con la satisfacción de haber echo bien su trabajo.
A los pocos días pando, tenia que dar de comulgar a unos niños, y tubo un pequeño roce con los padres. Pero eso es otra historia.

lunes, 16 de enero de 2012

EN TIEMPOS DE FELIPE II: 

Is vir,i abbase, ubi is morisco, sum aditum per ex post.
Este es el hombre que abbase, donde los moriscos, estoy por el enfoque de la siguiente
El árabe no entendía muy bien la escritura de aquel monje jesuita en aquella iglesia de aquel pueblo del noroeste de la península.
Días Sir esfuerzos, yo mando y guía.
المساعى دياس سيدى, فاننى قيادة وتوجيه.
A muchacho, me alegro de que aya venida le dijera el fraile en castellano, no se, no se, si algún día, lograremos que seas un buen traductor de el latín, y el árabe al castellano.
El joven morisco, que sus antepasados, en tiempos de los reyes católicos  fueran expulsados de la alpujarra granadina, y bautizados en la fe cristiana, ya había nacido en aquel pueblo, siendo bautizado con el nombre de  José.
El joven se acerco al fraile mirando al pergamino en un dialecto mitad latín mitad árabe y sonrió, padre, are lo que pueda.
El pergamino, comenzaba diciendo:
Amicus,i aegre, desertum frater…
Un amigo, i con dificultad, en el desierto a un hermano
El joven sonrió de nuevo, y el sacerdote dio por sentado que el morisco comprendía lo que la escritura latina decía.
Cantus ad frater, Aparitionis, filius,i is Josué apertum, columnia de fumus....
 Canto al hermano ,aparecio, el hijo, Josué lo abro, pilares del humo....
Cuando José le dijo lo que decía el pergamino, el fraile también sonrió, pues el muchacho apuntaba maneras para poder ser un gran traductor.
Ni corto ni perezoso fue a hablar con el padre de José, y le dijo seriamente: contigo
o con la familia de Tu, José, tendría que sacrificar, y para entrar en P Novicio. Z Es como de Jesús
او مع تو الاسرة, خوسيه, سيتعين عليها ان التضحية, والدخول ف novicio. ى الامر دى خيسوس مثل
A lo que este de profesión arriero le contesto:

البارون ابن بلدى هى الوحيدة, Barón es el único que a mi hijo, quiero estar ahí tendrás una nueva cebada por un período de un año.
 اود ان تكون هناك tendrás جديدة تكون الشعير لفترة سنة واحدة , trato echo le contesto el fraile, cogiendo por una mano a José al  día siguiente el arriero tenia su mula, una mula de unos cinco años, que ya estaba desbravada, y cebada para todo un año, según el trato con el arriero alpujarreño.
Cuando el joven José llego a el convento Jesuita, se quedo gratamente sorprendido, al ver la biblioteca que en aquel lugar se encontraba, lo primero que le mandaron fue una tarea menor, pelar patatas en la cocina del convento junto a fray hogazas, un sobrenombre que alguien le había puesto, y por las tardes en la biblioteca traducía, y aprendía los testos de latín, árabe, y hebreo de aquel culto monasterio, castellano.
File: Vercellenses.gif:  Ninsiquietun parcecristista, treminun minenmioda vitiovisus….
            BEINTE AÑOS DESPUES:
Fray José de castilla, traductor real, acompaño a su alteza real Felipe III, Rey de España, Portugal, Nápoles, Sicília y Cerdeña, y duque de milán.
Lo acompañaba por la sacristía de aquella pequeña iglesia de aquel pueblo del noroeste peninsular y con sumo cuidado destapó aquel pergamino antiguo, rescatado de las llamas de una hoguera de la inquisición, y se lo mostró, traduciéndole su contenido: Judas I, discipulus magistrum, qui cognomine Graeco nomine agnus I testantur eius corpus in deserto custodia Armenii. et quod nec ego nec aliqui de collegis sciat ubi sitis.
Yo judas, de galilea, discípulo del maestro  que los griegos apodan con el nombre de cordero, doy fe de que el cuerpo sin vida del maestro, esta enterrado por los armenios en un lugar del desierto, de cuyo paradero ni yo ni ninguno de mis compañeros tenemos la menor idea.
El Rey al oír estas palabras dicto a su escribiente que el pergamino, pasara a disposición de la universidad de la que era el padre José el rector para su estudio por los estudiosos, pero que el gran público jamás pudiera ver dicho pergamino bajo pena de  excomunión, primero y luego seria quemado vivo por hereje. Pasaron cientos de años y en el siglo XX, un escritor famoso encontró el pergamino, publicando, los pocos detalles que aun se conservaban, y por fin el gran publico supo una verdad escondida.

martes, 10 de enero de 2012

OCURRIO EN INVIERNO:

La mañana se levanto fría, la niebla cerrada y la humedad que se cristalizaba en forma de hielo en las hojas de los árboles.
El joven se levanto de la cama temprano, y en el cuarto de baño, estuvo unos minutos, que a su madre le parecieron una eternidad.
Puso en el orno microondas, una taza de leche desnatada, pues le avían comentado, que la grasa de la leche no era buena para nadie, una vez transcurridos los dos minutos que le pusiera al reloj del aparato, saco la taza humeante y le echo una cucharadita de azúcar,  acompañando todo con un chorro café y cinco galletas.
Se despidió con un “asta la tarde” de su madre, cogiendo aquel coche blanco, viejo que el joven tenia, dándole al botón del mando a distancia de la puerta del garaje, la puerta resonó unos instantes,  subiendo lentamente, dándole al contacto el motor resonó, y encendiendo la luz de cruce, el joven metió la   marcha atrás y levanto el embrague del automóvil lentamente, el vehículo comenzó a rodar, saliendo a la gélida calle.
Siguió calle arriba dirección norte, dejando los chales adosados a su izquierda, y las eras, donde últimamente había un asentamiento de rumanos, a su derecha, a unos doscientos metros más adelante giro hacia el este, dejando a su izquierda la casa de la madre de una amiga que por aquella época se encontraba en Barcelona, pues tenia su residencia oficial en aquella ciudad, estando aquel día abitada por su hermano que avía venido a pasar las vacaciones de navidad.
Siguió calle a bajo en dirección este, hasta llegar ala nacional ciento veintidós, incorporándose al tráfico que ya aquellas horas circulaba por la carretera.
Siguió dirección oeste,  un kilómetro mas tarde, un taxista lo adelanto, poniendo en peligro la seguridad y teniéndose que   orillar al arcén derecho, el trafico era lento, pues la visibilidad en aquella zona era escasa , al llegar al desvío,  hacia la localidad donde era natural el joven, el mismo taxi estaba, situado en medio de la carretera, subiendo a la hija de un amigo de su padre, que había perdido el coche de línea, teniendo que esperar a que finalizara la operación de carga de la viajera.
Pasados cinco minutos el joven aparco en una entrada situada enfrente de su casa, en aquel pueblo del noroeste peninsular.
La niebla persistía, y la cenceñada, a esa hora, era tan intensa, que el agua de la piscina, estaba carambanada, al igual que todo el paisaje colindante, menos mal a unos corchos de alcornoque que el padre del joven había traído el verano anterior.  
Los animales, hambrientos, sedientos lo esperaban como agua de mayo echándole, harina, pienso, y berzas respectivamente.
Cuando el presidente de la sociedad de cazadores, llego el joven ya tenia casi todos los animales atendidos, estuvo, ablando con el de la espera del lobo, y de el local, casa de reuniones, que la sociedad de cazadores de aquel pueblo, estaba levantando en un solar al otro lado del pueblo.
El joven le echo agua a los perros, cerdo, pollos, y gallinas, cogiendo los huevos de estas ultimas cerrando las puertas, se dispuso a hacer el viaje de vuelta dejando ya a los animales a aquel sol frío que ya en aquellos momentos le daba a aquel pueblo.
Llegando sin mas novedad a la capital de la provincia donde su madre ya le tenia preparada la comida.
Comió, y cuando termino fue corriendo a su computador para escribir sus vivencias de aquella mañana gélida de aquel invierno seco donde las nieblas tardaban en quitarse en algunos sitios todo el día y que las temperaturas de bastantes grados centígrados bajo cero impedían, unos días radiantes de un sol que en otros lugares calentaba, que lastima que el joven en aquella ocasión no llevara su cámara de  fotos, para documentar la historia.
Ni corto ni perezoso se dirigió hacia el bosque cercano para realizar unas fotos de aquellos árboles tan blancos, cuando pasaba la carretera por aquella curva que dividía la zona urbana de el bosque, se resbalo, en el salitre que los de obras públicas habían esparcido por la carretera, cayendo con toda su humanidad en el asfalto, el calor y la humedad en su pierna izquierda le avisaron de aquella fractura abierta, que le sobresalía, la tibia, por encima del pantalón, un pantalón vaquero, luego vino el dolor, y luego la oscuridad.      

miércoles, 4 de enero de 2012


   MUERTE Y BAILE PARTE III:

Caín, bestia una capa bejarana, que acompañaba con un sombrero de fieltro negro, fumaba un cigarro marca “Ideales”, en un callejón aledaño a la plaza de aquel pueblo, protegido por la sombra de aquellas casas solo se veía la luz que el cigarro desprendía dándole un aire siniestro.
Cuando  Abel, Marta, y Maria, estuvieron a su altura Caín saco su navaja portuguesa y cociéndolo le asestó siete navajadas, cuando Abel cayó al suelo envuelto en un charco de sangre, en que aquella hora teñía de rojo el hielo blanco que se empezaba a formar.
Cuando Marta y Maria salieron corriendo para dar la alarma en el salón de baile cercano aprovecho Caín para huir por las sombras.
El inspector al cargo de la investigación encontró la prueba definitiva en una huella en una cajetilla de tabaco, analizando y cotejando esta con todos los testigos, y sospechosos asta dar con el dedo de Caín.
El tribunal estaba formado por tres magistrados, un alguacil en voz alta, en pie, y los tres magistrados entraron en la sala, el presidente dijo, que se ponga en pie el acusado, Caín se puso en pie, algo que añadir a la declaración ya efectuada, Caín, negó, el presidente en aquel momento dicto sentencia:
 Que el acusado en no mas de trescientos sesenta y cinco días, y no menos de trescientos sesenta, a contar desde la fecha de su terrible crimen, cuelgue de una cuerda sujeta a su cuello asta la muerte, no sin antes reducirle de su salario en la prisión una parte para los familiares del finado.
DIA SIETE DE FEBRERO DE 1930:
Un cura católico se introdujo en la celda 211 de aquella prisión y le dijo a Caín que si quería confesión:
Padre, no me arrepiento ni me da miedo la eternidad, y pienso, que si volviera a nacer, lo volvería a matar.
El cura lo acompaño al patíbulo, rezando su oración.
El Señor es mi pastor, nada me falta
En verdes praderas me hace recostar
Me conduce hacia fuentes tranquilas
Y repara mis fuerzas, me guía por el
Sendero justo por el honor de su
Nombre aunque camine por cañadas
Oscuras nada temeré, por que tu vas
Con migo tu vara y tu cayado es su
Sangre, preparas ante mi una de mesa
Enfrente de mis enemigos me unges
Mi cabeza con perfume y mi copa
Rebosara
Tu bondad y tu misericordia
Acompaña en todos los días de mí
Vida
Y habitaré en la casa del señor
Por años y años, y el señor es mí
Pastor, en verdes praderas me
Hace recostar me conduce
Hacia fuentes tranquilas y
Repara mis fuerzas me guía por el
Sendero justo por el honor de su nombre
Aunque camine por cañadas oscuras
Nada temeré por que tu vas con migo.
Cuando el verdugo, puso un saco en la cabeza de Caín, una sonrisa y una sensación de paz se le dibujo en la cara, los pies perdieron de pronto su apoyo, cayendo al vació,  y un fuerte dolor en el cuello, mas tarde la nada.
Cuando Caín despertó, en su cama del pueblo, lo primero que hizo fue dirigirse a  la casa de su hermano Abel, Marta que estaba barriendo la puerta, al preguntarle por Abel, le dijo que estaba sembrando patatas, se fue contento para su casa pues todo había sido un sueño, un sueño enrevesado,  y siguió con sus  tareas normales sin prestar atención al calendario que debajo de una foto de perdices y conejos, se podía leer doce de febrero de mil novecientos veinte y nueve.

martes, 3 de enero de 2012

MUERTE Y BAILE PARTE II
12 DE FEBRERO DE 1929:

Abel se levantó temprano mucho antes de la salida del sol, lo primero que hizo fue dar de comer a los animales, después se preparo el desayuno café, fruta y una rebanada de pan torrado a la lumbre que havia encendido, puso en el pote una berza, que aliño con un cacho de oreja del marrano que había matado pocas semanas antes.
Albardo las mulas, le puso las cabezadas, cogió el arado y lo afianzó en el yugo, un saco de patatas que havia escogido de las pequeñas del año anterior y se dirigió hacia un huerto en un valle que en esa época del año casi no helaba.
El valle en cuestión situado en la parte norte del pueblo tenia forma de y griega y la depresión era tal que el aire del norte no lo alcanzaba, y en esa época del  año el sol ya calentaba lo suyo.
Abel llego al huerto quito la zarza que tenia en la entrada, previamente avía desatado las mulas para así pode entrarlas una por una, luego volvió a unirlas en el yugo uniendo a este el arado romano que llevaba,  mula grito y la pareja comenzó a andar lentamente, el primer suco a los pocos minutos quedo hecho.
A eso de las once de la mañana Abel dio por terminada la primera parte de su trabajo, parando para almorzar un trozo chorizo y un trozo de careta de aquel cochino que tenia curado en salazón, regado todo ello con una bota de vino de la viña de sus ancestros.
Dada buena cuenta del almuerzo, Abel continuo trabajando esta ved con la azada, dividiendo el huerto en dos partes, la del el norte, le plantó patatas y la del sur la reservo para en el tiempo poder sembrar unos pimientos y unos tomates, que en casa tenia en un semillero para que no se le helaran.
A las trece horas, salio del huerto con dirección al pueblo, tardando en el viaje una hora aproximadamente, desengancho la pareja de mulas y las acomodo en la cuadra, echándole paja, agua y un par de remolachas, para que comieran.
Retiro el pote de la lumbre, acogiéndolo por la pata mas fría y  volcándolo en una cazuela de barro, saco una jarra de vino de la cuba, y se sentó a la  mesa no sin antes preparar una ensalada de berros que havia traído del arroyo que transcurría paralelo al huerto.
A eso de las quince horas cuando hubo terminado de comer, y fregado los cacharros, dio una cabezada cerca de la lumbre, paso una hora, dos horas y cuando despertó, casi era la puesta del sol.
Le echo a los marranos, mulas y puso una palangana de agua al fuego pues aquel día por la noche havia baile, pues era martes de carnaval, se aseo, ceno unos huevos fritos   y se puso el traje de los domingos.
A eso de las diez de la noche llegaron Marta, y Maria, dos de sus vecinas que tenían aproximadamente la misma edad que el.
Salieron por la calle que transcurría oblicuamente a la plaza, en dirección al salón de baile y cuando ya casi avían llegado a la plaza una mano lo retuvo a Abel, sintió un frío, en el estomago, cuando bajo la mano noto un desgarrón en su antebrazo derecho luego otro, y otro mas, cuando por el cuello la sangre le empapaba todo el cuerpo, se fijo en unos ojos, unos ojos que le resultaron conocidos, cayo y cuando estaba en el suelo solo podía pensar en aquellos ojos, los ojos… los ojos de Caín, su  hermano.
Mas tarde la oscuridad nublo todo, confundiendo los ruidos, amortiguándolos y envolviéndolo todo en una niebla tenue y difusa, luego la nada.

lunes, 2 de enero de 2012

PRINCIPIOS DEL SIGLO XX:

Entrando por aquella puerta, lo primero que se veía de frente, era la puerta que daba paso a la vivienda familiar, un poco a la izquierda se encontraba un pequeño mostrador, en la pared de la izquierda, un “poyo” que ocupaba la totalidad de la pared, a la espalda quedaban dos ventanas enrejadas que daban al oeste, y la puerta principal, por la que el observador entró, en el centro del local una columna que sujetaba el peso de cuatro vigas, y estas el tejado dividido a cuatro aguas, a la izquierda en una caja de cartón-piedra, un altavoz, tocaba un pasodoble, y un poco mas abajo, una bailarina pintada por alguien parecía que   se movía rítmicamente al compás de la música.
Hoy doce de febrero de 1929 “martes de carnaval” entrada a dos pesetas rezaba el cartel colocado en la ventana izquierda de la calle.
La señora Maria cobraba la entrada y metía los dineros para un bolso escondido debajo de aquel mandil, a cuadros que le llegaba por bajo de las rodillas y desde allí, unas medias de lana asta unas cholas.
El aforo estaba casi lleno, que bailaban la pieza de baile al compás de la música.
  Como el día ocho la luna nueva había echo cuarto, la luz a aquella hora de la noche era tenue, mas porque las luces públicas que en aquella localidad existían alumbraban solo cuando uno se situaba justo debajo de ellas pues con un plato de porcelana y una bombilla de veinticinco vatios poco se podía ver.
El hombre bestia una capa bejarana, que acompañaba con un sombrero de fieltro negro, fumaba un cigarro marca “Ideales”, en un callejón aledaño a la plaza de aquel pueblo, protegido en la sombra de aquellas casas solo se veía la luz que el cigarro desprendía dándole al individuo un aire siniestro.
Un joven, de no más de vente años, se acercaba acompañado de dos muchachas mas  o menos de la misma edad, por aquel callejón que discurría de oblicuo a la calle de la plaza.
Cuando los transeúntes estuvieron a la altura del hombre este saco una navaja portuguesa y asesto al joven siete navajadas una mortal, por necesidad en la yugular cayendo al suelo envuelto en un charco de sangre que en aquella hora teñía de rojo el hielo blanco que se empezaba a formar.
Las dos mujeres dieron la alarma en aquel salón que en aquellos momentos estaba lleno de gente, dando así tiempo al embozado a disiparse en la oscuridad.
Cuando las autoridades investigaron el caso nadie pudo decir quien podría tener motivos para tal salvaje acto, y las investigaciones llegaron a un callejón sin salida y archivaron el caso hasta obtener mas pruebas.
Vera esentia Eleison.
Rerunque condidutor Eleison.
Vital vis Eleison.
Vapor in quo cuncta Eleison.
Kyrei , espilgator scelerum et largitor gratitae; queasumus popter nostras offensas noli nos delinquiere, o consolador dolentis animae Eleison.
Kyrei Eleison, christe eleison, kyrei eleison pater noster.
Requiescat in pace amen.
El cura dio de esta manera por terminado el funeral quedando en aquel cementerio pequeño los familiares y los dos empleados del ayuntamiento echándole la tierra en aquella caja de madera que el carpintero del pueblo había fabricado pocas horas antes.
Mientras, lejos de allí el  inspector al cargo de la investigación encontró la prueba   definitiva en una huella de una cajetilla de tabaco, analizando y cotejando esta con las de todos los testigos, y sospechosos hasta dar con la del autor del brutal crimen, poniéndolo a disposición judicial.