miércoles, 21 de diciembre de 2011

OTRA HISTORIA DE NAVIDAD:
Mediados del siglo XX:
(Todo parecido de este relato con la realidad es mera coincidencia).
En los alrededores de aquel pueblo en el noroeste de la península, entre parvas, pajeras y muelos de grano, se encontraba, Maria esperando.
José llego con retraso, viendo este el mal humor de Maria, le dio un acalorado beso, y cuando esta le correspondió, paso la mano derecha debajo de su falda hurgándole entre las bragas, la izquierda ya estaba encima del pecho derecho de Maria cuando esta protestando se aparto.
No te preocupes le dijo José acalorado “te prometo que me casare con tigo”, Maria quedo convencida y retozaron largo rato hasta bien entrada la noche.
A los dos meses siguientes Maria busco a José, hallándolo limpiando la parva que le sirviera de lecho aquella noche, cuando lo tuvo en frente le dijo “José, estoy embarazada te tienes que casar con migo”, José se negó en rotundidad alegando que era con Pura con quien se casaría pues ya la tenia comprometida.
La pobre Maria, denuncio el caso a las autoridades, pero el día del juicio Maria no tenia testigo alguno, sin embargo José llevo uno, Judas que era amigo de José y seria el padrino de su boda con Pura.
El juez una vez oídas las dos partes fallo a favor de José pues los hechos ponían a Maria como noviera que se enrollaba con cualquiera.
Pasados unos meses cuando el embarazo ya era evidente, Maria se levanto temprano a las cinco, cogió su maleta  que ya la tenia preparada de la noche anterior y despidiéndose de  sus padres salio por la plaza, dejando aquella farola verde que hacia pocos días avían puesto, dirigiéndose por la carretera empedrada a las afueras y por ella a la venta del pueblo vecino que distaba una legua.
Maria tomo el coche de línea que la apeo en la capital de provincia, desde allí cogió el ferrocarril que la apeándose en el otro extremo de la península.
Jesús nació a los pocos meses mandándole una  foto del niño a la familia.
Pasado mucho, mucho tiempo, Jesús se acerco acompañado de su madre a la pequeña localidad.  En la taberna de la plaza se encontraba José, acompañado de los clientes habituales, en ese momento se le acercó un hombre alto casi rubio con una barba poblada de una edad cercana a los treinta y tres   años tendiéndole una mano a  José  lo llamo padre, este llorando le pidió disculpas a el y a su madre.
En esos días Jesús conoció a Magdalena, que por esas fiestas se había acercado por la pequeña aldea, enamorándose y  casándose, viviendo felices muchos muchos años.   

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